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lunes, 14 de enero de 2013

PÁRAMO ANDINO VENEZUELA


2 a.- PÁRAMO ANDINO:
El eximio botánico Henri Pittier definió el páramo como sabana de las alturas, ampliamente desarrollada en los Andes pero, en estado rudimentario en la Cordillera de la Costa. Constituye una verdadera formación xerofítica, resultado de la combinación del frío intenso y la escasa lluvia. En Venezuela lo podríamos denominar páramo autentico,  juntamente con los subpáramos (así llamados por poseer un tipo de vegetación arbustiva), cubren una superficie aproximadamente de unos 4.200 km cuadrados, lo que corresponde al 0.5% del territorio nacional.
Ubicación: Los páramos comienzan allí donde termina el bosque nublado o mesotérmico y llega hasta donde principia la nieve perpetua. Se trata, por tanto, de una zona propia de montañas, que en Venezuela se extiende desde el estado Táchira hasta el estado Lara entre los 3.000 y 4.600 m de altitud.
Vegetación: En los primeros meses del año (verano tropical) la vegetación paramera da la impresión de ser xerofítica pero, al observar a lo largo del año se llega a la conclusión que debe ser considerada como vegetación húmeda ya que recibe una precipitación anual de unos 600mm. Lo que acontece es que el suelo helado durante los primeros meses del año, dificulta la absorción de agua, de manera que habría que hablar de una sequía fisiológica y no climática.
En los primeros meses del año la vegetación con sus frailejones (Espeletia) en flor es realmente fascinante y da el aspecto de un inmenso jardín.
Los arbustos son pequeños y achaparrados, con hojas coriáceas, pequeñas o reducidas, con los bordes enrollados, con gruesa cutícula protectora. Las plantas herbáceas presentan forma de roseta o de almohadilla o compactos céspedes, protegiéndose de esta forma de las temperaturas críticas.
Los frailejones son sin lugar a duda, los vegetales más llamativos y típicos del páramo.
Ejemplo: Coloradito, huesito, chispeador, incienso, ericáceas.

INFORMACIÓN TOMADA DE: Guía de árboles de Venezuela de Jesús Hoyos Fernández.

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